sábado, 9 de junio de 2012

GUERRA DA INDEPENDENCIA: AS REVOLTAS DO 30 DE MAIO DE 1808 NA CORUÑA, “PIDIENDO A VOCES LAS CAVEZAS DE BIEDMA Y FILANGERI”.

Xosé Comoxo

            Nun libro recente do historiador Xosé Ramón Barreiro sobre a Guerra da Independencia, explica as revoltas acaecidas na Coruña o día 30 de maio de 1808, despois de estudar un documento anónimo explicativo dos feitos.
            O acontecido tamén foi recollido por un personaxe que viviu de cerca todo; trátase de Antonio de Alcedo, mariscal de Campo, presidente da Xunta de Goberno de Galicia. Redactou o texto cando o polémico Francisco de Biedma, de 76 anos, estaba en Segovia , en pleno mes de novembro de 1808, moi “devil de salud” debido a unha ferida que recibira no desembarco de Argés, e pretendía residir en Madrid, “en consideracion de que este frio (segoviano) ha de dificultar mi restablecimiento”. Pretensión que non lle foi aceptada pola Xunta de Goberno do Reino.
            Alcedo, explícase así:

            “Digo que hallandose el día 30 de mayo de este año de Presidente de esta Real Audiencia, estando Yo en Palacio como a las diez y media de la mañana para tomar el santo de el Comandante General Dn Antonio Filangeri que havia entrado tres dias antes en esta Plaza, nombrado por la Junta de Govierno que presidia el Señor Ynfante Don Antonio, se conmovio y alborotó el Pueblo, agolpandose de tropel infinita Gente en la Plaza de Palacio, apedreando las ventanas, queriendo forzar la escalera, y pidiendo a voces las cavezas de Biedma y Filangeri. Viendo Yo que crecía cada vez mas el tumulto y la gritería propuse que bajase alguno para hablar al Pueblo; pero de los muchos oficiales y Cavalleros que estaban con el General ninguno se movió ni dijo nada, por lo que me determiné Yo a bajar a la Plaza solo, y con mucha dificultad y no sin riesgo logré introducirme entre la muchedumbre y clamar que vinieran tres o quatro a tratar con migo; pidieron que se pusiese la vandera en el Baluarte de la Puerta Real, y se hiciese la salva acostumbrada los dias de Gala y inmediatamente hize llamar a un Ayudante de la Plaza y di orden de executarse uno y otro, luego me pidieron armas para armar el Pueblo y que se entregasen las Personas de Filangeri y Biedma, pero negandome a ello les dije que yo no tenía mas armas que las precisas para defender la Plaza, como havia Jurado para lo que contaba con ellos y los armaría; pero no para armar Mugeres y muchachas, y estubiesen seguros que me tendrian siempre a la caveza hasta perder la vida, y que los dos Generales eran fieles vasallos de el Rey y verdaderos españoles que deseaban acreditarlo en defensa de la Justa causa de que Yo respondía, y que no diesen credito a voces que nacian de los Franceses para sembrar la discordia, ni manchasen el honor español ni el de Galicia. Convencidos de estas razones prorrompieron todos en vivas y aclamaciones al Governador, ofreciendo confiar en el como el mas verdadero español, y estar siempre obedientes a sus órdenes asegurando no perturbar a Filangeri, Biedma, Consul de Francia, cuyas casas havian embestido, ni a otro alguno retirándose, y me han cumplido quanto ofrecieron.

                Bolví a Palacio y me hallé solo por que el General Filangeri y quantos estaban con el escaparon por la huerta y se embarcaron por un Postigo inmediato, a poco rato vinieron el Mariscal de Campo Don Geronimo Verde y el Capitan de Artilleria Don Manuel Torrado que fueron los únicos que me acompañaron y trabajaron en contener al Pueblo que nuevamente bolvió a enfurecerse con la noticia de que en el Ferrol se estaban embarcando en un Navío de Guerra seis mil fusiles para América por orden de Munat; y por la orden que havia dado Filangeri para que marchase inmediatamente al Ferrol el Regimiento de Navarra que havia mas de dos años que estaba de Guarnición en esta Plaza, rompieron todos los vidrios y papeles de las paredes de Palacio hicieron pedazos quantos muebles havia en el llevandose muchas cosas, y por ultimo embistieron el Parque de Artilleria y sacaron todas las Armas que havia en el. Cansados ya y en fuerza de mis persuasiones y de Verde y Torrado y de haverles ofrecido que inmediatamente se desembarcaría los Fusiles y bolveria el Regimiento de Navarra se aquietaron, y conseguimos que al dia siguiente sacando en Publico el Retrato de nuestro Rey fuesen a mi lado los Generales Filangeri y Biedma seguidos del Pueblo y victoreados por esto, y empezaron a bolver al Parque las Armas que havian sacado y mandó la Junta que se havía formado de orden de la Audiencia compuesta de las Autoridades que tenian empleo por el Rey y de otras clases en numero de quarenta...”

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