domingo, 22 de noviembre de 2009

NOVAS SOBRE O ASALTO Á REITORAL DE ABANQUEIRO (Boiro) NOS COMEZOS DA GUERRA CIVIL (e II)

Por Xosé Comoxo e Xesús Santos

A José Manuel Romero, con agarimo. Esperamos non telo molestado por nomear neste traballo a uns familiares seus, e tan queridos por el.

"(...) después de un nutrido tiroteo, entraron en la casa rectoral de Abanqueiro, que registraron, saquearon y causaron todo género de perturbaciones. Sus ocupantes fueron objeto de malos tratos, hasta el extremo de que una hermana del párroco quiso tirarse por una ventana. Quedó solo el párroco, que fue objeto de toda clase de vejámenes".


A irmá do crego de Abanqueiro, Francisca Davila, solteira, cando foi interrogada polos sucesos do asalto á reitoral, nos comezos da guerra civil, manifesta que cando as turbas asaltaron a casa, ao chegaren, saíu á ventá "a decirles que se calmasen y viniesen con orden que ella les saldría a abrir la puerta, que entre tanto se destacó del Grupo Cándido Hermo que le dijo a la dicente que si no habría enseguida la puerta ya caía allí mismo (...) Que al ir la dicente a abrir la puerta miró antes por la cerradura viendo a dos desconocidos apuntando a la puerta y al decir uno al otro "dispara" la dicente se tiró por una ventana..."

Pola súa parte, Francisco Silva Piñeiro, canteiro, de 43 anos, natural de Abanqueiro, declara coñecer a Cándido Hermo, un dos principais implicados, e que:

"A eso de la media tarde pasó por la carretera, que está a unos cien metros de la casa, un camión conduciendo individuos con armas, que de estos, se apearon unos cuantos en un monte próximo a dicha casa, distante unos cien metros, llamado monte Seán, o mejor dicho todos los individuos que iban en el coche, se apearon en dicho monte, cuyo coche se veía donde estaba el que declara. Que entre la casa de Cándido Hermo en que trabaja el que declara y la del Sr. Cura de Abanqueiro hay una distancia de quinientos metros. Que a poco tiempo de esto, es decir, que calcula que tenía el tiempo necesario para llegar a la casa del Sr. Cura, oyó detonaciones de arma de fuego, en cuyo momento se marchó a la casa donde trabajaba, escondiéndose en unos tojales..."

O principal encausado polo delito de rebelión militar será o citado Cándido Hermo, solteiro, labrador, de Boiro, "este individuo es peligroso, siempre se acompañaba de los sujetos más significados que había en esta localidad". Sobre el, podemos ler o seguinte:

"Resultando que el procesado paisano Cándido Hermo Outeiral, de ideología marxista, al iniciarse el movimiento Nacional plenamente identificado con la causa rebelde y con el propósito de colaborar en la misma se unió voluntariamente a un grupo numeroso armado y provistado de una escopeta concurrió con aquel al asalto de la casa rectoral del Sr. Cura Párroco de Abanqueiro y al llegar allí apuntó con el arma que portaba a la hermana de aquel, coadyuvando con los demás en las violencias para que se abriese la puerta que una vez franqueada proporcionó paso a los revoltosos para registrarle la casa del Sr. Cura al que requisaron un arma como asi mismo dinero"


De pouco lle valeu a defensa que del fixo o capitán de Enxeñeiros, José Cancelo Paz, defensor de Cándido, quen dixo:

"Encontrándose mi defendido en compañía de los ya nombrados, oyeron una voz que decía: "Ahí vienen" refiriéndose a los socialistas. En efecto: al oirse esta voz, como voz de alarma para los ciudadanos pacíficos, se escondieron para no ser vistos, al igual que los polluelos se esconden debajo de la gallina al divisar al Gavilán. En este momento, pasó por la carretera de Boiro, un camión, portador de gente de la más baja calaña, de podredumbre, pudieramos decir; de seres convertidos en alimañas; algunos de los ocupantes de dicho camión, posiblemente iban obligados, haciéndolos responsables de sus fechorías, de sus instintos salvajes, como si en efecto lo fuesen. Pronto se enteraron de que se habían dirijido a Abanqueiro, para apoderarse de las armas que tuviese el Sr. Cura de dicha parroquia y de lo que encontrasen a mano..." (...)
Nos hallamos ante un hecho que no es frecuente. Para tranquilidad de la conciencia y por la merecida reputación de la Justicia Militar, es necesario se estudie detenidamente este caso que no considero lo suficiente claro para juzgar un delito, por el cual se pide una pena tan dura..."
(...)
Estos hombres no son esos cerriles, que una vez envenenados por la canalla marxista hacen cuanto se le ordena y viene en gana sin reparar en meditar. Estos no son los borregos a que aludía en mi anterior defensa; estos son víctimas de los atropellos salvajes del marxismo; víctimas si, porque dirigiéndose a sus faenas agrícolas, han tenido la desgracia de encontrarse con ese camión cargado de tigres que les echaron la zarpa obligándoles a que se sumasen a ellos. Lo que a estos desgraciados les ha ocurrido podría igualmente ocurrirnos a todos los que nos encontramos en este Estado..."


Do delito de rebelión será responsable "en concepto de autor" o citado Hermo. Foi condenado o 14 de decembro de 1937, en Santiago, a reclusión perpetua, que logo lle será conmutada pola de sete anos de prisión maior. Saíu en liberdade o 29 de xuño de 1941.

Do delito de "auxilio a la rebelión militar" os procesados Andrés Vilanova García, Luciano Vázquez Somoza (a Marreiro) e José María Lorenzo Mirón (a Roxo), tamén de ideas marxistas, serán condenados a doce anos e un día de reclusión temporal, logo cambiada por tres anos e un mes de prisión menor. Foron encarcerados na Prisión Central de Astorga.

Nas declaracións diante do xuíz, un dos encausados, José María Lorenzo Mirón ("Roxo") alude a que logo de vir dunha leira, ao pasar pola Ponte Brea, José Saavedra (presidente do sindicato das minas de Lousame) ordenoulle montar nun camión que estaba alí estacionado, con dirección a Boiro, como se negou "le obligaron a hacerlo el mencionado José Saavedra, Ricardo Vilas y un zapatero llamado Francisco (a) "Chiquelo", los tres sin armas. Al llegar a Boiro le entregaron una escopeta y siguieron en el repetido coche hasta el monte del Seán, en donde se apearon y al negarse el declarante a continuar con el grupo el Ricardo Vilas le dio una bofetada diciéndole que si no seguía con ellos lo mataban. Al llegar a la rectoral oyó los disparos que se hicieron no pudiendo precisar quien los hizo (...) Que después tomó el camión en el monte y al llegar a Boiro le recogieron la escopeta y se marchó a su casa"

O 20 de xullo de 1937, o xuíz instrutor Andrés Benítez Guerra, solicita do comandante do posto da Garda Civil de Boiro, José Sánchez Castro, os antecedentes e participación que puideran ter nos sucesos en cuestión os paisanos Ricardo Vilas, José Saavedra, Francisco Tubío Vicente (a "Chiquelo"), Nicolás Pérez, Vicente Silva e Antonio Martínez Ferreirós, todos eles desaparecidos dos seus domicilios a principios do Glorioso Movemento, "ignorándose sus paraderos, a excepción del Antonio Martínez, que según rumores fue detenido en Noya por aquella fecha, siendo todos ellos de pésimos antecedentes y destacados elementos marxistas; el Ricardo Vilas fue uno de los dirigentes de los grupos de registros de domicilios, interviniendo en la voladura del puente Beluso; José Saavedra García era presidente del sindicato de las minas de Lousame y dirigente de la voladura del mencionado puente; Francisco Tubío Vicente (a "Chiquelo") escopetero, dinamitero, autor de disparos a la fuerza del Ejército a la entrada en esta localidad, elemento peligroso y de acción, Nicolás Pérez Piñeiro, escopetero destacado, actuando en registros de domicilios, Vicente Silva Somoza, actuó de dirigente de los grupos que se dedicaban al registro de domicilios y recogida de armas y Antonio Martínez Ferreirós actuó como uno de los elementos de acción como escopetero y pistolero" (este último andivo agachado ata o mes de xuño de 1946, "en que se presentó voluntario a las Autoridades").

Os procesados deberán de comparecer ante o xuíz instrutor nun prazo de 48 horas, "bajo apercibimiento de que no haciéndolo serán declarados rebeldes", segundo requisitoria datada o 4 de agosto de 1937.

O 19 de agosto, o xuíz instrutor, visto que os procesados non foran "habidos a pesar de las gestiones practicadas, ni hayan comparecido" e que, publicada a requisitoria no BOE (con data 13 de agosto de 1937), non compareceran "a pesar de haber cumplido el término que en dicha requisitoria se le marcaba para que compareciera", decreta a rebeldía de todos "interesando su busca y captura en todo tiempo".

O auditor de guerra, o 23 de novembro, aproba un "auto de procesamento y rebeldía" dos citados, "suspendiéndose el curso de estas actuaciones contra los mismos hasta que se presenten o sean habidos".

4 comentarios:

  1. Non hai molestia ninguha, e a vos, Santos e Comoxo, agradecémovos o mergullamento na hestoria coleitiva da nosa bisbarra. Un dos riscos que corremos os ledores das publicacións dos feitos acontecidos durante a "loita fraticida", e que podemos atopar neses relatos, antergos, vecinos ou coñecidos nosos facendo ben ou facendo mal. Só temos que ter a precaución de ubicalos no seu propio tempo, ese que lles cadrou vivir.Todos eles foron víctimas, seguramente dos que meteron na súa cabeza ideas radicais que non respetaban as dos demais e moito menos as súas vidas. A leccion que podemos aprender dos feitos acontecidos antes, durante e despois da Guerra Civil e que ninguha idea politica razonable está por encima das demais. Asegún a cultura popular,tódolos os refráns teñen razón, porque sempre que hai un refrán, tamén hai un contra-refrán.

    ResponderEliminar
  2. O noso agradecemento pola túa comprensión.
    Saúdos
    Comoxo

    ResponderEliminar
  3. Acabo de descubrir que Antonio Martínez Ferreirós era o meu tío avó por liña materna. Estos flipando coa historia...que bonita. VIVA!

    ResponderEliminar
  4. Vicente Silva Somoza era o meu avo.

    -Vicente Silva

    ResponderEliminar